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viernes, 6 de noviembre de 2015

007: Spectre (2015)


Tras ese excelente, envidiable y magnánimo homenaje al agente británico  por su quincuagésimo aniversario en Skyfall (2012), me resultaba imposible no sentir emoción por su siguiente entrega: Bond 24 (como se le conoció a la obra antes de alcanzar su nombre oficial, Spectre), sobre todo si se tenía en cuenta que era nuevamente dirigida por Sam Mendes, a quien debemos el filme alabanza del 2012.

A continuación, mis pensamientos sobre la más reciente entrega del único, habilidoso y casanoba Bond... James Bond (Pueden contener spoilers). 



La obra inicia su andar con un plano secuencia elegante y vistoso por las calles de México, en pleno Día de Muertos... calaveras y esqueletos vienen y van  hasta que un galimatias con un helicóptero y el derrumbamiento de media manzana, imponen su presencia. Acto seguido se nos explica el leitmotiv que desembocó esta destrucción y sustentará las venideras. Aquí nos topamos uno de los problemas de la cinta, uno que si bien no es muy grande, no deja de ser una incómoda mancha que sale a relucir y pavonearse de vez en cuando. Mendes quiso generar una conexión algo forzada entre esta entrega del agente y las 3 previas, por lo que este MacGuffin se siente medianamente descarado, muy oportuno para la situación; no obstante y al mismo tiempo, este detalle repercute en todo un guiño a las primeras entregas del espía.

Y hablando de guiños, la cinta está repleta de ellos, y aquí no me refiero a clichés que a día de hoy ya se han adherido inseparablemente a la franquicia (por lo que sería tonto criticarlos), sino a referencias muy sagaces a, por ejemplo, Goldfinger. Esta serie de elementos contribuyen a generar un bosquejo (aún muy obtuso desgraciadamente) sobre el pasado de Bond y sus vínculos familiares. 

Per sé, Bond 24 utiliza mucho la mímesis de eventos de obras pasadas (y aquí hago énfasis concreto a Casino Royale, Quantum of solace y Skyfall) para entregar en su desenlace un giro de tuerca interesante, refrescante, enriquecedor para el protagonista a manera metafórica (escogencia de nuevos caminos).


El largometraje propone una visión contra-industrializada del sistema, aboga porque las máquinas no reemplacen las labores del hombre (sobre todo las más delicadas y peligrosas) y al mismo tiempo, adquieran un control total y rígido de la seguridad de la sociedad; esto por las evidentes implicaciones de violación de la privacidad y el uso indebido de la información que desatarían. Un tema oportuno para la situación actual que bien pondría a delirar a Orwell. 

La acción, uno de los principales elementos de este tipo de trabajos, es pulida y asombrosa, con secuencias que optan generalmente por el uso mínimo de efectos visuales sin importar su grado de peligrosidad para los actores, y que siempre mantienen al público atento y crispado.

En actuaciones pretendo no detenerme... para ser sincero, el papel de 007 nunca lo he considerado uno demasiado difícil de ejecutar. Solo quisiera resaltar a las 2 chicas Bond, quienes a parte de su embriagante belleza cumplen con su papel y con la construcción de su personaje, y al excelentísimo actor que eligieron esta vez para ser el villano: Christoph Waltz. Ver a este hombre en pantalla es una auténtica delicia, como un condimento demasiado picante y ácido de experimentar, pero "nicotínico" en el proceso (de carácter adictivo). Roba cámara y escena con cada aparición. Fue bien aprovechado, aunque no cabe duda que quedó debiendo más a todos... por suerte y gracias a su fin, es seguro que le volveremos a ver.



007: Spectre es una secuela satisfactoria, que abona a fin de cuentas al personaje de Bond y a todo su mundo, complementando de a poco a esa visión contemporánea (una mucho más humana) que desde 2006 se viene sembrando y cosechando sobre el agente secreto. En lo personal, si me atrevo a decir que prefiero con más ganas a Casi Royale y a la mencionada Skyfall.

Valoración final: Muy buena. 

PS: Propongo, dentro de mi nuevo orden mundial, la decapitación inmediata de todo aquel que se atreva a sacar su teléfono en una sala de cine y chatee mientras la película se reproduce. Esto va ligado una anécdota personal que ya otro día se las contaré.
PSS: La canción utilizada como tema principal para la película, Writing's On The Wall, interpretada por el virtuoso Sam Smith, es una melodía estremecedora y perfecta. Directo a mis temas favoritos del 007.


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