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miércoles, 7 de marzo de 2018
Merlí (Temporada 2)
No tengo mucho que decir acerca de esta temporada, ya que, salvo por el último episodio, sigue los mismos lineamientos de calidad de la primera.
Inicialmente se me es imperativo comentar que retornar a esta serie unas cuantas semanas (meses) de haberla iniciado fue nostálgico. Equivalente a iniciar un nuevo año escolar; siempre repleto de oportunidades, aventuras y con aquellos compañeros que no veías desde hacía un buen tiempo considerablemente cambiados.
Estos 13 nuevos capítulos son aprovechados para explorar en Marc Vilaseca y su hermanito menor con THDA, lo que nos brindará una conmovedora relación que trasciende de la hermandad a lo paternal; en Oliver y su proceso de duelo ante la muerte de su hermano, así como los conflictos que esto desatará con sus padres; en Oksana y su manera de vivir su rebeldía, picardía y malicia adolescente a pesar de ser madre...
También se siguen cultivando los personajes ya explorados en la primera temporada: Joan y Gerard en sus respectivos amoríos primerisos. El hecho de que hayan cerrado su arco no significa que no puedan seguir creciendo.
Merlí inclusive adquiere nuevos aliados inesperados por la llegada de la nueva Jefa de estudios, Coralina, que es toda una arpía. Y ya que hablamos de las nuevas inclusiones dentro del profesorado, ovaciono de pié la manera en la que el argumento se vale de ellos para tratar temas como la corriente independentista de Cataluña, enfermedades degenerativas de la edad como el Alzheimer, o lo transgénero.
Como ya lo pauté en el primer párrafo. El mayor error de esta temporada 2 acontece en su último episodio.
Este segundo curso de instituto pudo haber terminado perfectamente con (SPOILER!) la partida de Bruno a Roma y su conmovedora despedida con Pol y Tània (FIN DEL SPOILER!), es decir, en el capítulo 12; pero la serie estaba pactada para 13, así que debemos atenernos a un cierre de temporada que alarga la historia porque sí. Y no solo eso, donde la calidad se siente resentida por una escritura mediocre.
1. Por un lado: Se nos presenta los diálogos peor construidos de los 26 episodios hasta la fecha. Que una serie que trató tan magistralmente el tema de la transfobia a partir de Quina y sus diferentes encontronazos con diversos docentes del plantel; o que tuvo la sagacidad mental para imprimir en Merlí frases como "Estoy cansado de mi personaje" (metaficción a tope), salga con una escena donde Berta repite 4 veces la misma serie de palabras a falta de una edificación mejor escalonada de la conversación con sus compañeros, se me hace cuanto menos, torpe.
2. Por otro: SPOILER! Coralina era un ente antagónico, y uno que se les salió de las manos porque ya no sabían cómo controlar o poner freno. Y dado que su presencia amenazaba el fin de la serie (el no retorno de Merlí para el siguiente periodo académico), decidieron matarla. Es un descaro que aparten al personaje de esta forma, justificándose en un accidente fortuito-laboral. Delata una escritura de guión facilista y poco imaginativa FIN DEL SPOILER!
...
A pesar del mal sabor de boca del final, sigo recomendando abiertamente la serie. Los personajes se vuelven cada vez más entrañables y sus periplos más locos; su maduración emocional y física es bastante íntima y grata de presenciar. Una muy buena serie de la que espero su tercera y última temporada, donde diremos hola al año de graduación.
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