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viernes, 28 de febrero de 2014

Nebraska (2013).


Película dirigida por Alexander Payne de nacionalidad estadounidense que nos cuenta la historia de David Grant, un hombre que se ve en la laboriosa necesidad de lidiar con su ya anciano padre, Woody Grant, quien ya chochea y cree haber sido el ganador de 1 millón de dólares. Dada la insistencia de su progenitor, David decide acceder a llevar a su viejo a Nebraska con la intensión de que quizás en el camino recupere un poco de cordura.

Esta es una película sobre la vejez, sobre como, paradójica y prácticamente se vuelve a ser niño una vez que las capacidades motoras, sensitivas y cerebrales decaen cuando se es un anciano, dejando al individuo casi detenido en la vida, medio desconectado, absorto y perdido en la nada.

Ahora bien, mientras que Philomena (2013) exponía el valor incalculable de la maternidad, esta obra nos deja ver la otra cara de la moneda, dejándole al público captar el amor inextinguible de un hijo hacia su padre, planteando los sacrificios que se deben cometer con tal de hacer feliz a los viejos, quienes podrán tener errores y no serán las mejores personas del mundo, pero no dejan de ser nuestros padres.

Sin duda, esta es una historia emocional, graciosa en contadas ocasiones, sencilla pero sólida y quizá hasta un poco más larga de lo que debería.

Los personajes han sido bien estructurados y desarrollados y realmente no hay crítica alguna en este apartado.

Las actuaciones son de calidad, sobretodo la de June Squibb, la cual resulta ser a fin de cuentas hilarante no solo por su forma de actuar y de ser, sino porque entre todo el grupo de ancianos da la impresión de que es la única que realmente se encuentra en sus cabales. Bruce Dern ejecuta un buen papel, aunque hay que tener en cuenta que a la hora de la verdad tener una mirada perdida y actuar de forma desconectada del mundo tampoco es realmente un logro abrumador.

La música es escasa aunque efectiva la mayor parte del tiempo, sin embargo, nada memorable.

La fotografía es suntuosa y hermosa, y el tono monocromático que han imprimido sobre la misma le da todavía más contundencia. En serio, si hay algo por lo que alabar a esta película es por su despampanante fotografía.

Por último, solo queda decir que la dirección y todo lo referente al apartado técnico es, al igual que la historia, sencillo pero efectivo.

Esta es una obra humilde, sí, de eso no hay duda, pero llena de gracia, sustancia  y personalidad, hecho que la hace muy recomendable para el público. 9/10 = Sobresaliente, muy recomendable.

jueves, 27 de febrero de 2014

Gravedad (2013).




Bueno, no podía quedarme con la gana de subir algo relacionado al blog con esta película, después de todo ha dado mucho de qué hablar este año en los OSCARES. Sí es como hacer trampa, pero me vale madres.


NO - TE - SUELTES



domingo, 23 de febrero de 2014

El club de los desahuciados (2013).


Película basada en hechos reales dirigida por Jean-Marc Vallée y de nacionalidad estadounidense, que nos cuenta la historia del vaquero homófobo y drogadicto Ron Woodroof, quien es diagnosticado con SIDA y se le dan tan solo 30 días más de vida. Para sobrevivir, y con la posibilidad de aligerar las dolencias y síntomas de su enfermedad, Woodroof comienza a contrabandear medicinas antivirales desde todo el mundo, que aún no están permitidas ni disponibles en los Estados Unidos. Así pues, funda el Dallas Buyers Club y comienza a proveer de tratamientos alternativos a todos los miembros que padecen la misma inmunodeficiencia y que puedan costearlos.

Comencemos por el lado fácil: Salvo por el espléndido maquillaje, ningún otro elemento de su apartado técnico vale la pena enaltecer...  ni siquiera su banda sonora, la cual es imperceptible.

Con unas actuaciones capaces de consagrar a sus intérpretes, como la de Jared Leto y hasta la del mismo Matthew McConaughey con las cuales se aprecia a flor de piel el esfuerzo físico y psicológico tan grande que les conllevó hacer esos papeles, Dallas Buyers Club (El club de los desahuciados) es una obra que imprime una fuerte crítica hacia la sociedad de finales de los 80's, siempre repleta de intolerancia, asco y estigmas frente a los homosexuales (situación que desgraciada y desagradablemente hoy en día se sigue viviendo a manos de muchos), y hacia el imperio farmacéutico,que representa muchas veces la bajeza máxima del ser humano al pensar más en el bolsillo de los empresarios que en salvaguardar la vida de sus pacientes, viendo en las enfermedades degenerativas el símbolo de dinero, una nueva forma de mantener a los desgraciados comiendo alpiste de su mano, obligándoles a consumir productos que solo menguan los síntomas por momentos pero que a fin de cuentas no terminan siendo más que placebos. De igual forma esta es una obra que explora en las posibilidades que puede llegar a brindar la medicina alternativa a los pacientes más afectados por las enfermedades, la cual suele ser abismalmente libre de toxinas y efectos secundarios a comparación de los medicamentos estándares.

Ahora, analizando más a fondo la obra, he de decir que, definitivamente, se torna un poco (SOLO UN POCO) más extensa y lenta de lo que debería, sin embargo, nunca deja de ser interesante y entretenida gracias a la serie de conflictos frecuentemente morales en los que el protagonista frecuentemente se ve envuelto.

Los personajes han sido armados de forma excelente y resulta increíblemente agradable y satisfactorio  apreciar en algunos su evolución continua y en otros su hundimiento hacia la perdición misma.

Esta es una película reflexiva e interesante de analizar dado su contexto, con espléndidas actuaciones y personajes, pero con una producción que pudo imprimir más fuerza en ciertos aspectos, como lo es la música. Es por todo lo anterior que le doy un 8,9/10 = muy buena, muy recomendable.

sábado, 22 de febrero de 2014

Philomena (2013).


Película realizada entre Francia, USA e Inglaterra basada en hechos reales y dirigida por Stephen Frears, que nos narra la historia de Philomena Lee, una venerable anciana que con la ayuda de Martin Sixmith, un periodista en busca de una historia que le devuelva el rumbo a su carrera, emprenderá un viaje que le permita hallar el paradero real de su hijo Anthony, quien le fue arrebatado 5 décadas antes, cuando vivía enclaustrada en un convento de Roscrea.

Uno de los elementos que más me generaba desconfianza sobre esta obra era que fuese ridículamente predecible, que su historia fuese tan simple que con las pautas del inicio (o más bien, desde el mismo poster) el desenlace ya estuviera cantado. Pero no, para nuestra suerte esta es una cinta que es de todo menos de ese tipo. Posee unos interesantes giros de tuerca que no los habrías visto venir en... lo diré, "ni en un millón de años." Este es un filme lleno de sentimiento y hasta cierto punto narrado con el corazón que nos concientiza sobre la problemática que a día de hoy muchas madres y muchos hijos sufren alrededor del mundo, cuando intentan reecontrarse tras haber sido separados por las crueles jugarretas del destino, o más concretamente, por las manos inescrupulosas de terceros que se encuentran incapaces de ver más allá de su beneficio propio. De igual forma, este largometraje expone una contundente crítica hacia ciertos representantes en específico de la religión católica (y hago extremo hincapié en REPRESENTANTES), hablándonos sobre como el extremo cumplimiento de las ortodoxias muchas veces desemboca en la inhumanidad y la falta de altruismo, suceso que resulta más que contradictorio y doble moralista frente a los dogmas que se imparten en la religión mencionada, y cuya única pretensión, frecuentemente malinterpretada, es ser un manual, un compendio de sugerencias sobre cómo actuar en la vida y frente a la gente que nos rodea. Pero las cosas no se quedan ahí pasmadas, Philomena es una película que habla sobre el perdón y sobre el incalculable valor de la maternidad.

Los personajes se encuentran ricos de personalidad, simpatía y hasta evolución, por no decir que plasman de espléndida manera una tierna y hasta por momentos cómica relación en pantalla.

Las actuaciones están muy bien conseguidas y quien se lleva el aplauso es Judi Dench, que conmueve desde el inicio con sus miradas enlagunadas repletas de melancolía y dolor, pero también, con su sonrisa llena de dulzura y hasta en ocasiones inocencia que bien podría asemejarse a la de cualquier infante que apenas conoce el mundo que le rodea.

La música a pesar de tornarse repetitiva cumple con su cometido. Lo referente al aspecto técnico no decepciona bajo ninguna circunstancia y aunque tiene clase no es nada realmente deslumbrante o innovador.

En términos finales, Philomena es de esas películas nominadas como las mejores obras del año en los Oscares por pura cortesía, porque sabes desde el umbral de la puerta que está a años luz de llevarse la estatuilla. Sin embargo, eso no le quita bajo ninguna circunstancia las patentes virtudes que posee, eso no quita el hecho de que sea una historia muy emocional y conmovedora que es recomendable al menos ver una vez en esta vida. Como puntaje final le otorgo un limpio 9/10, connotándola como sobresaliente. No es ni la obra más artística del año, ni la que posee una historia más compleja y profunda, pero sí es una linda película que vale la pena ver.

miércoles, 19 de febrero de 2014

El Lobo de Wall Street (2013).


Película estadounidense dirigida por Martin Scorsese basada en hechos reales, que nos cuenta la historia de Jordan Belfort, un joven emprendedor que quiere ser millonario y por lo tanto decide convertirse en un corredor de bolsa. A partir de ahí, comienza una historia marcada por la opulencia y el placer desmedido, en donde veremos como nuestro protagonista va forjando poco a poco uno de los imperios más grandes de Wall Street.

Excesos... sí, esta película puede ser resumida y calificada con esa palabra, y no precisamente en el mal sentido.

Este largometraje es el retrato que a más de uno le sentaría en caso tal de volverse millonario. El sumergirse en la crapulencia, el adoptar un estilo de vida decadente y amoral gracias a la oxidación en el corazón y la prostitución del alma, parece ser el destino preestablecido para todo aquel que tenga suficiente dinero como para limpiarse el culo con él, y suficiente egoísmo como para hacer algo realmente significativo por los demás. En esta película se representa el colmo del descaro, el culmen de la idiotez, la avaricia, la falta de mesura, y la podredumbre que puede acarrear el sistema de producción capitalista... y ¿saben? todo lo anterior es mostrado con una de las formas más divertidas posibles. Prácticamente, de los 180 minutos aproximados que dura esta obra, al menos el 90% de la misma te la pasarás cagándote de la risa con las locuras y las gilipolleces que solo este par de cocainómanos se les podría ocurrir. Claro claro, por allá en los últimos 10-20 minutos el filme decide mirar hacia otro lado y quizá centrarse un poco en el drama, pero a fin de cuentas, estamos hablando de un metraje perteneciente al género de la comedia, y no cualquier comedia, comedia ingeniosa que aguarda en su interior carcajadas estridentes aseguradas.

Los personajes están bien planteados, bien desarrollados  y resultan ser el alma de la obra gracias a sus comportamientos tan ladinos, censurables y reprochables. Son un par de bribones hijos de re-mil putas con los que te terminas encariñando a final de cuentas, un grupo de sinvergüenzas y payasos de primera calidad que, lo diré, valen su peso en carbón y esto lo digo, bajo el mejor sentido de la palabra, aunque no lo parezca (en serio, estos tipos arderían de lo lindo en el infierno ¡jaja!).

Las actuaciones en general son de primera categoría, verosímiles al 100%. DiCaprio ejecuta de forma excelsa su papel de desquiciado multimillonario construyendo una de las interpretaciones más sólidas y memorables de su carrera... no es algo que merezca un Oscar, pero es de calidad sobresaliente. Al mismo tiempo, cabe mencionar que la química que tiene en pantalla con Jonah Hill está muy bien conseguida, aportando un sinnúmero de situaciones hilarantes.

Lo referente al apartado técnico se encuentra más que correcto. Una dirección impecable, un vestuario y maquillaje adecuado y hasta una fotografía ilustre.

Básicamente no le encuentro propiamente errores a este filme. En un principio pensé en llegar a quitarle puntos por su excesiva duración, pero dado que, como ya dejé bien claro arriba, esto es una película de excesos por naturaleza, sería estúpido de mi parte inculparle ese error. Sinceramente, la única mella que encuentro en esta película es su banda sonora, la cual, aunque es de tinte sobresaliente, quizá pudo llegar a dar un poco más de sí. Por lo demás, nos encontramos frente a una gran obra audiovisual, divertida, entretenida, loca y políticamente incorrecta que no merece más que un merecido 9,5/10 = Excelente, supremamente recomendable. De lo mejor de todo el año por mucho.

sábado, 15 de febrero de 2014

Her (2013).


Película estadounidense dirigida por Spike Jonze  que nos sitúa en un futuro no muy lejano, en donde nos topamos con Theodore, un solitario, introvertido y triste hombre golpeado en el corazón, que se enamora perdidamente de un avanzado software capaz de generar conciencia propia, llamado Samantha.

Este es un largometraje que ha sido construido con base en la mezcla de 2 géneros audiovisuales a primera vista incompatibles: el romance y la ciencia ficción. Sin embargo, funciona, y no solo eso, conforma una pieza fílmica increíblemente emocional, poderosa, artística, colorida y con la capacidad de embelesar al público y no dejarlo ir bajo ningún motivo.

No hay que tener 2 dedos de frente para notar que con su trama, Her  nos expone una analogía sobre lo que conlleva el experimentar y vivir una relación a larga distancia, planteando tanto sus virtudes, como sus desoladores defectos. De ahí que podamos ver el maremoto de sentimientos por el que los personajes deben pasar, conociendo pues así la pureza que radica en enamorarse desde dentro hacia afuera, y la insoportable impotencia que acarrea la distancia. Al unísono, esta es una película en la que se explora en las dudas que se gestan a lo largo de una relación de este tipo, así como la veracidad de las mismas y la opinión que la sociedad desarrolla frente al tema.


Pero la sustancia del largometraje no se queda ahí, esta cinta también nos habla sobre la tecnología, manifestando el aislamiento y dependencia que provoca, así como el propio alcance que puede llegar a tener, cuestionando su capacidad de generar conciencia autónoma, de crecer, de experimentar, de compartir, de influir a lo largo de nuestras existencias, de sentir, de aprender de sí mismo, de vivir, de sencillamente ser capaz de convertirse en otro ser humano y hasta trascender todavía más.

Los personajes son tridimensionales, y eso incluye al propio sistema informático, punto focal de la trama. Están bien planteados, tienen un buen desarrollo así como un crecimiento palpable conforme más se avanza. Están llenos de vida y gracia, llenos de buenos diálogos, carisma, simpatía y empatía hacia el público. En más de una ocasión me encontré suspirando al mismo tiempo que los personajes y lamentando junto a ellos sus desdichas. De verdad, estamos ante un reparto espléndido y muy bien armado.

Las actuaciones están muy bien en su mayoría, pero quienes se llevan las palmas y llegan a la excelencia son Joaquin Phoenix y Scarlett Johansson, quienes construyen una relación fuerte en pantalla, llena de química y empatía,  la cual será difícil de olvidar en un largo tiempo. Se aprecia a la perfección que entregaron mucho de sí para sus respectivos personajes.


La banda sonora es hermosa y única hasta cierto punto. La escala que suele manejar este OST va desde la evocación de la soledad y el silencio (sí, sé que suena paradójico, pero estas piezas melódicas lo logran), pasando por la felicidad y lo edulcorado, y llegando a la misma tristeza y melancolía. Todo lo anterior se encuentra adosado de ciertos tintes de música experimental, pero no experimental estilo Red Social, donde el soundtrack a fin de cuentas parecía la combinación entre un tono bajo y la turbina de un avión, sino que el compositor ha decidido implementar sonidos de un porte... diría que informático y cibernético, que apela mucho al habitad tecnológico en donde se desarrolla la acción de la obra, es decir, un futuro no tan distante.

El aspecto técnico resulta no solo agradable a la vista, sino que también es muy artístico. Suele apegarse a una gama cromática cálida y combina a la perfección los colores derivados del magenta junto con un abundante blanco,  lo que desemboca en un trabajo placentero y hermoso a nivel visual, que solo un gran director podría lograr.


Her es una película adulta, filosófica y muy emocional, que nos deleita inspeccionando, de una forma creativa y llamativa, en los lazos y relaciones que los humanos son capaces de forjar. Está claro que es una obra estupenda, rica en contenido, artística y emotiva. Hasta ahora, lo mejor que he visto del 2013. Calificación = 9,6/10, Excelente, memorable, altamente recomendable.