lunes, 22 de junio de 2015

¿Cuánto cuesta matar a un hombre? -Libro- (2006).



¿Cuánto cuesta matar a un hombre?: Relatos reales de las comunas de Medellín es un libro publicado en 2006, escrito por el periodista José Alejandro Castaño. Como su mismo nombre nos da a entender, esta novela es un compendio de narraciones verídicas, escritas a manera de crónicas, en donde se ahonda en aquella selva salvaje de cemento como lo es la capital antioqueña, en la cultura e idiosincrasia paisa, en aquellas ramificaciones de la urbe que se extienden escalando las laderas de las montañas que la circundan, en esos sitios tan oscuros y sucios, siempre tan segregados pero tan presentes en el diario vivir medellinense.

El ejemplar de Castaño es un libro frío y directo, sangriento en general, estremecedor y desesperanzador, capaz de entregarle una nueva reflexión al lector con cada cambio de página, con cada capítulo emergente.

El libro nace como un contragolpe al olvido, un deseo que parte desde lo personal y va lo general: En primera instancia, y desde el prólogo, Castaño nos deja saber más de sí, de sus cicatrices emocionales, de la infancia mágica y las memorias que se niega a perder, justo como su padre inconscientemente lo hizo, gracias al alzheimer.

“Soy yo papá. Y esta es mi manera, mi pequeña manera de decirte, que, quizás, después de todo, aprendí la lección. Este libro es un esfuerzo sin atajos, espero”. Es con esta frase tan emotiva, con la que el autor finiquita el abrebocas y da el pistoletazo de salida a las narraciones de las comunas. Aunque para muchos estas notas iniciales podrían sonar cursis, innecesarias y fuera de lugar en comparación con los tópicos que trata el libro, en perspectiva, dicen mucho sobre el pensamiento con el que fueron elaboradas las crónicas siguientes (desde la obtención de datos hasta su redacción) y los actos que se describen en ellas.  José A. Castaño, con este trabajo quiere grabar en la eternidad la idea que su padre le transmitió en sus años de lucidez: una perspectiva más justa, honrada y responsable sobre la vida; ideales que se contraponen al modus vivendi contemporáneo de las nuevas generaciones, al “todo vale” actual.

En segundo lugar, con ¿Cuánto cuesta matar a un hombre? se quiere forjar un monumento conmemorativo, con el que la sangre de las aceras, la juventud deshecha, el narcotráfico y el paramilitarismo vividos durante los 80’s, 90’s y comienzos del 2000, sean hechos siempre presentes dentro del consiente colectivo. Lo anterior no es realizado con el fin de amedrentar a las familias o perturbar la paz de los caídos en conflicto, sino como la reminiscencia de una herida por fin cerrada, que solo con su continua recordación se impedirá que vuelva a abrirse.

Imagen tomada de: www.elcolombiano.com


Las crónicas aquí contadas tal vez sirvan a modo de constancia, de fotos en blanco y negro de una historia que estamos obligados a conocer y de la que ojalá podamos aprender… Dios quiera que no volvamos a equivocarnos”, sentencia Castaño contundente y melancólicamente, desde un primer capítulo muy completo que sintetiza el crecimiento de Medellín a partir de las comunas, que dicho sea de paso, fueron generadas por violencia y terminaron causando paulatinamente más violencia.

Durante la novela el autor aborda múltiples temas o categorías. Entre ellos: El fenómeno del sicariato como profesión y modo de vida, hablando tanto de los que dedican enteramente su existencia al oficio, como de los que tarde que temprano encuentran caminos alternos de sustento para salir de él; Las jóvenes que ansían llegar a lo alto y sacar a sus familias adelante a partir del modelaje, pero que aún sin ya haber emprendido vuelo sus alas han sido cortadas; La pornomiseria que se trasmite, paradójicamente, desde los propios actores del conflicto a los periodistas internacionales, que sedientos de morbo buscan historias mustias y amorales en los países tercermundistas; La vida de un narcotraficante que ha abandonado la pomposidad de los lujos, y continúa con su multimillonario negocio bajo cortinas y el bajo perfil; La muerte vista a través de la tanatopraxia y de quienes la practican, sean profesionales o empíricos, jóvenes o veteranos; La problemática de las mulas vista desde el ángulo de los delincuentes y la justicia; La segregación racial de la región; y la ciudad vista con los ojos de las fuerzas armadas.

Imagen tomada de: www.eluniversal.com


La escritura del ejemplar es versátil y vivaz, siempre narrada en tercera persona. Castaño describe los acontecimientos de forma inteligente, profunda y sin censura alguna. De igual manera, hila distintos sucesos mediante la correlación, asegurándose de plantear las 2 caras de la moneda. J.A. Castaño es una voz sin rostro dentro de su obra; aunque implícitamente da a entender que la recolección de  información fue tomada desde los escondrijos de muchas de sus fuentes (como si se tratase de una visita familiar), y los testigos muchas veces interactúan con él, nunca se rompe con la línea que hay entre observador y actante: la línea del periodista.

Para la construcción de todas las historias, José Alejandro Castaño opta por una inmersión de primer nivel, donde, como reportero observa el hecho analizándolo, y como bien mencionó el autor con las palabras dedicadas a su padre, evita irse por la vía fácil y en lugar de abordar los temas mediante intermediarios, recurre a los asesinos (sea en ejercicio o retirados), a los policías, a los narcos, a los agentes especiales, a las modelos, etc.  Las vivencias recolectadas a través de los años como periodista, son las que poco a poco acercaron a Castaño a estas invaluables fuentes, las cuales, evidentemente guarda con recelo, utilizando su derecho a la reserva de testigos.

Cabe mencionar y resaltar el dataje documental (histórico) previo que Castaño tuvo que realizar antes de publicar su trabajo. Para la consumación completa de la obra, era necesaria una contextualización, una exposición oportuna y completa de los datos que explicaban el origen del fenómeno de las comunas, y sus efectos sobre la región y la cultura paisa. 

Imagen tomada de: prensarural.org


¿Cuánto cuesta matar a un hombre?... es una novela que solo podría salir de un olfato periodístico envidiable y ejemplar como el de José Alejandro Castaño. Fue la inquietud  y el deseo de encontrar una mirada alterna a la realidad, lo que hizo posible la pieza literaria. A pesar de no ser en el fondo tan mórbida y visceral como a simple vista puede verse, o como el mismo Héctor Abad Faciolince se atrevió a calificar desde el prólogo, sí es un manojo de crónicas rodeadas de sentimientos gélidos y oscuros… sentimientos que a  largo o corto plazo, chocarán con emociones más luminosas. “Y vi una tierra nueva y un cielo nuevo”.

1 comentario:

  1. Tranquilo Mago, que uno siempre leeara unos de tus textos =T

    Pues este libro se lo deberia recomendar a mi amigo que va a estudiar politica, aunque este tipo de temas se han visto insaciablemente en el mundo de la comunicación.

    El tema que te llevo a a leerlo y reseñarlo fue...¿Por que es colombiano o fue por un trabajo en la universidad?

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