viernes, 31 de marzo de 2017

Iron Fist (Serie de Tv - Temporada 1)

El último defensor está aquí, su introducción ya está servida. Exploremos entonces cómo fue su desenvolvimiento, cómo se nutre frente a sus series hermanas y todo el universo cinematográfico del que hace parte. SPOILERS a partir de este punto. 


·         IRON FIST, GUERRERO DE K’UN-LUN

En esta serie se realiza una transición orgánica de la sucia y cruda realidad a un entorno mucho más esotérico, exótico y místico. Los superpoderes del protagonista no tienen una base científica, sino espiritual, propia de credos tan antiguos que han sido olvidados por la humanidad y que ahora se bosquejan como mitología proveniente de países ya de por sí enigmáticos y opuestos a la cultura occidental.

El cambio es bienvenido y entrega nuevas filosofías, contemplaciones y modos de combatir conflictos a este universo multicolor. Y aquí solo he hablado del concepto narrativo como tal.

Por el lado visual podemos decir que si Daredevil se influenciaba de las películas de acción y justicieros enmascarados; Jessica Jones de los thrillers; y Luke Cage del Blacksploitation; Iron Fist no podía quedarse atrás asimilando características de algún tipo de cinematografía. Es por eso que adopta el estilo del cine de artes marciales y del cine asiático en general, lo que por supuesto trae una metodología clara y clásica de dirigir y exponer las peleas (con honor, serenidad, disciplina en la técnica y maestría de por medio). Sin mencionar una propensión a un ritmo parsimonioso dentro del desarrollo del relato.  



·         DANNY RAND Y LA CARGA DEL HÉROE

A diferencia del estelar que tuvimos en la serie anterior, Danny se configura como un protagonista muy rico en matices y con una pelea interna singular.

Por un lado está su trastorno de identidad, en el que se debate la figura del héroe contra la del humano tras el antifaz: El protagonista lucha contra lo que representa ser el Iron Fist, sobrellevar esa dura responsabilidad que ha puesto sobre sus hombros; y el pasado que había tras de sí antes de educarse en K’un-Lun, es decir, cuando era Danny Rand, vivía en NY y todo lo relacionado con la empresa que lideraba su padre. Esta búsqueda lleva a que el personaje evalúe sus acciones y encuentre el balance justo entre el arma humana que solo obedece a un destino inculcado como una retahíla, y su condición de individuo consiente y libre de decidir sobre sus responsabilidades.

El choque cultural no se haría esperar tampoco. Danny proviene de un monasterio regido por el dogmatismo y la apacibilidad del carácter; el retornar a una ciudad tan convulsionada como Nueva York despierta la ira, la impaciencia y la posibilidad de comprender el mundo en una escala intermedia entre el blanco y el negro. Básicamente, esto pone al protagonista a cuestionar sus enseñanzas, ideales y su modo de actuar en la vida se aleja del radicalismo. Es básicamente presenciar la reeducación de un héroe.    

Esta situación llega a inflamarse tanto, que permite que Danny se muestre incómodo ante sus propios poderes, se vea inmerecido ante el don que se otorgó... lo que también abre la puerta a un juego de reflejos, golpes y antítesis con su amigo Davos.

·         CONEXIONES

Siendo la antesala a Defenders, Iron Fist entrega a borbotones, ya sea por menciones directas a los personajes como tal o a alusiones de hechos pasados, referencias a sus series hermanas. Es la que más lo hace de las 4. Porsupuesto el diablo de Hell’s Kitchen ya se ha hecho nombre hasta en las esferas más altas; Jessica Jones sigue laborando como investigadora privada porque el alcohol que consume no se compra solo; y Luke Soso, digo, Cage, dejó pendientes por la zona.

Si bien la participación de Hogarth fue un lindo detalle, tener a Claire tan activa durante muchos capítulos y con una participación causa-efecto de lo vivido en las otras series, es asombroso. Al igual que el Agente Caulson en la gran pantalla, este personaje es un vínculo simbólico y entrañable con el espectador,  y claro, un eslabón que será el punto de unión con Los Defensores.


Claire no solo es el lado humano entre este grupo de vigilantes, Claire entrega salud física, mental y espiritual a ellos cuando los trata, brindando incluso puntos de vista que permiten mirar la situación con otros ojos. Lo mejor de todo es que hemos sido testigos de una evolución sutil del personaje con el paso de los capítulos. Ella ahora va más allá de  suturar heridas y retener hemorragias, sus avances en el estudio de las artes marciales le permiten ser un miembro aún más útil y aportante para las misiones.


La conexión de la serie con el demás Universo Marvel no hay mucho que decir. Más allá de un comentario irónico sobre El Goliat Esmeralda, el día de “El incidente” continúa en la boca de todos. Puede que para el espectador frío resulte ya cansino, pero siendo justos, un evento de tal magnitud es un trauma capaz de fracturar a la sociedad por completo.

·         CIRCUNLOQUIOS Y VILLANOS

El gran punto de giro que tras todo termina exactamente igual. Cuando la serie inició disfruté mucho la sensación de que el villano no era teóricamente tan evidente, y que la historia se esforzaba con sus puntos de giro por conducirnos a un nuevo antagónico tras bambalinas. La ilusión ante esto se estrelló secamente contra el suelo, cuando tras tanto esperar resulta que todo termina volviendo a un mismo punto.

¡Oh vaya! Resulta que el multimillonario irascible, manipulador, que vive escondido de la sociedad en su penthouse y que tiene cara de malo hijo de puta en realidad era el villano. Que esto no me lo veía venir desde... am… no sé… ¡EL PUTO CAPÍTULO 1!


No sé para qué hay tanta parafernalia si todo termina en un circunloquio desganado, en un resultado demasiado cliché.


Y ya que estamos, ya van 2 series de Marvel donde La Mano es un agente villánico... y no puedo llenarme de más ira al recordar lo difusa que sigue siendo esta organización. ¿En serio, eran necesarios 26 episodios para introducir tan mal a este grupo? A puertas de Los Defensores uno pensaría que esta "secta-sociedad secreta-lo que sea" ya debería estar bien definida… y aunque admito que a diferencia de la segunda temporada de Daredevil aquí ahondan un poco más en lo que son, la verdad es que un sin número de dudas hacen que me llene la boca de saliva caliente: ¿Quién la fundó? ¿En qué creen? ¿Quién la controla? ¿Cuál es su organización jerárquica? ¿Qué tan abierta culturalmente es? ¿Qué poderes tiene y cómo lo consiguió? ¿POR QUÉ EXISTE?

Reitero, si no son capaces de responderme todas estas chingaderas tras tantos episodios, ¿cómo quieren que me interese o preocupe por lo que sea que La Mano haga en y tras la pantalla?


Librándonos de lo cliché, aquí quisiera hablar de Ward, por mucho el personaje mejor configurado y caracterizado de Iron Fist. Lo que parte como un cretino con poder, termina poco a poco llenándose de fisuras exponiendo a un ser frágil y atormentado… y por si fuera poco la serie todavía va más allá quebrándolo por completo y exponiendo no a un personaje en pantalla, sino a un ser humano en toda su magna imperfección y contradicción. ¡Vaya, realmente disfruté observando las desgracias y decisiones de este ser! Menos en el capítulo 9. Hacía mucho tiempo que no veía una escena tan mal dirigida, tan pobre y tan incoherentemente escrita. 

¿En serio quieren que me crea que Ward, después de ver cómo episodios paranoicos y traumáticos le embargaban tras solo pensar en su fratricidio,  iba a reaccionar de una forma tan parca (ni siquiera se puede decir que fue producto del shock) tras ver a su padre otra vez vivo? ¿Qué carajos? El personaje debería entrar en un bucle de angustia tal que a los 5 minutos no sería extraño verlo lanzándose del Empire State. ¡Oh! y para ser una revelación tan desesperanzadora la dirección es demasiado estática.

-COÑO, EN SERIO QUE EL CAP 9 ES UNA CARAJADA-

Conclusiones

Iron Fist no es un mal producto, tampoco soso como Luke Cage. En realidad tiene cierto encanto por toda esa filosofía y estética que rescata de la media asiática, lo que le lleva a nutrir de raíz a su héroe protagonista y a su modo a todo el MCU. A pesar de ello y mirándolo desde la distancia, existen errores demasiado cantosos, deslices en la dirección  y tropiezos tales en el desarrollo argumental que me hacen cuestionar si esta historia debió ser contada en este formato.



Quiero decir, con Jessica Jones era entendible un seriado, porque el misterio era complejo y escondía un entramado de acciones perversas; con la primera temporada de Daredevil ni se diga, una desenvoltura periódica era imperativo para hacer evolucionar la historia y los personajes que tenía entre manos. Con Iron Fist se me ocurre que para el resultado que nos entregó al final, bien hubiera sido válida una película de 2 horas con 10 minutos… con ese giro de trama tan zopenco que nos entrega en el capítulo 13 que nos hace retroceder hasta el episodio 1, bien que nos invita a pensar en que este parto hubiese sido más llevadero en un formato menos dilatado. ¿Para qué optar por 13 horas de desarrollo si lo único que haces es andar en círculos y presentar difuminadamente otros conceptos?  

Y la excusa de que hacer una película habría sido una idea arriesgada ya ni es válida. Marvel ya posee un séquito fervoroso que consumirá lo que provenga de ella, además, sus recursos son tales que hasta una película sobre el personaje exclusiva para Netflix hubiese funcionado mejor.

Resumiendo. Vale la pena, es buena, pero no tanto; piénsatelo 2 veces antes de gastar 13 horas en ella. 

1 comentario:

  1. En los momentos de conversar de los personajes para planear sus estrategias, me parecieron muy tediosas, la acción es bastante buena y los personajes son memorables, pero todo pudo ser mejor construido si no recurrieran tanto a la exposición entre personajes, errores argumentales y el deber de hacer un protagonista y antagonista mejor estructurado para la proxima temporada.

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