sábado, 28 de noviembre de 2015

Hitchcock (2012)

Más que una crítica, una serie de comentarios hacia una película modesta y simpática, que recomiendo completamente (Sí, originalmente iba a hacer un vídeo a partir de esto, pero tras revisar lo escrito, realmente no lo vale... con cumple con los parámetros mínimos de calidad).

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Inicialmente quería describir esta película como un making-of inteligente sobre uno de los trabajos más memorables de la historia del cine; no obstante, lo que inició siendo un recatado, llamativo y creativo intento de recrear “en tiempo real” el detrás de cámaras del trabajo más importante de Hitchcock, se terminó convirtiendo en una historia dramática y más personal, que cabe aclarar que no deja de ser interesante, cuyos hechos tomados de la vida real y adaptados de la única forma en la que Hollywood podría hacerlo, encuentro claramente de dudosa procedencia. En otras palabras, simplemente me niego a creer que el problema marital del Maestro del Suspenso sea justo como lo expone la película. 

Aunque, bueno, sea verídico o no el conflicto exhibido a lo largo de sus fotogramas, lo cierto es que no deja de ser una buena historia, interesante, entretenida, divertida de visionar y de analizar. A pesar de todo, pienso que Sacha Gervasi, el director de este trabajo del 2012, debió ser mucho más sagaz y en lugar de desplazar toda la acción a la vida privada del cineasta británico, también debió prestar más atención a lo ocurrido en el set de ‘Psicosis’, a todas esas anécdotas de grabación tan llenas de datos ociosos más que suculentos que todo cinéfilo recibiría con buen agrado. De haber llevado a cabo lo último, no solo le habría dado un toque documentalista a su largometraje, sino que habría convertido al filme en una oda muy especial hacia el aclamado Hitchcock y todos aquellos que colaboraron en la concepción del clásico de los años 60. 

La dirección es correcta al igual que la música. Los guiños, como por ejemplo, el del final, le sacarán una sonrisa a más de uno. 



Las actuaciones son soberbias. Anthony Hopkins ha traído al mismísimo Hitchcock del descanso eterno y le ha hecho recorrer los sets de los estudios nuevamente. Una ejecución brillante de una celebridad brillante y de admirar. Asimismo, he de decir que el maquillaje que recubre el cuerpo de Hopkins lo encuentro increíblemente verosímil. 

Y no seamos verdugos, el resto del reparto también es magnífico: Johansson, Mirren, D’Arcy, Biel y demás, cumplen un trabajo que no pasa por desapercibido, que simplemente es glorioso. 

En definitiva este es un filme simpático, entretenido, divertido y modesto, que aunque pudo ser un poco más astuto a la hora de incluir en la trama detalles que habrían fascinado a más de uno, no deja de ser un largometraje recomendable, bueno y que todo ser humano interesado en el GRAN MAESTRO DEL SUSPENSO, en uno de los mejores directores de toda la historia, debería ver.



Valoración final: 8,5/10.

viernes, 6 de noviembre de 2015

007: Spectre (2015)


Tras ese excelente, envidiable y magnánimo homenaje al agente británico  por su quincuagésimo aniversario en Skyfall (2012), me resultaba imposible no sentir emoción por su siguiente entrega: Bond 24 (como se le conoció a la obra antes de alcanzar su nombre oficial, Spectre), sobre todo si se tenía en cuenta que era nuevamente dirigida por Sam Mendes, a quien debemos el filme alabanza del 2012.

A continuación, mis pensamientos sobre la más reciente entrega del único, habilidoso y casanoba Bond... James Bond (Pueden contener spoilers). 



La obra inicia su andar con un plano secuencia elegante y vistoso por las calles de México, en pleno Día de Muertos... calaveras y esqueletos vienen y van  hasta que un galimatias con un helicóptero y el derrumbamiento de media manzana, imponen su presencia. Acto seguido se nos explica el leitmotiv que desembocó esta destrucción y sustentará las venideras. Aquí nos topamos uno de los problemas de la cinta, uno que si bien no es muy grande, no deja de ser una incómoda mancha que sale a relucir y pavonearse de vez en cuando. Mendes quiso generar una conexión algo forzada entre esta entrega del agente y las 3 previas, por lo que este MacGuffin se siente medianamente descarado, muy oportuno para la situación; no obstante y al mismo tiempo, este detalle repercute en todo un guiño a las primeras entregas del espía.

Y hablando de guiños, la cinta está repleta de ellos, y aquí no me refiero a clichés que a día de hoy ya se han adherido inseparablemente a la franquicia (por lo que sería tonto criticarlos), sino a referencias muy sagaces a, por ejemplo, Goldfinger. Esta serie de elementos contribuyen a generar un bosquejo (aún muy obtuso desgraciadamente) sobre el pasado de Bond y sus vínculos familiares. 

Per sé, Bond 24 utiliza mucho la mímesis de eventos de obras pasadas (y aquí hago énfasis concreto a Casino Royale, Quantum of solace y Skyfall) para entregar en su desenlace un giro de tuerca interesante, refrescante, enriquecedor para el protagonista a manera metafórica (escogencia de nuevos caminos).


El largometraje propone una visión contra-industrializada del sistema, aboga porque las máquinas no reemplacen las labores del hombre (sobre todo las más delicadas y peligrosas) y al mismo tiempo, adquieran un control total y rígido de la seguridad de la sociedad; esto por las evidentes implicaciones de violación de la privacidad y el uso indebido de la información que desatarían. Un tema oportuno para la situación actual que bien pondría a delirar a Orwell. 

La acción, uno de los principales elementos de este tipo de trabajos, es pulida y asombrosa, con secuencias que optan generalmente por el uso mínimo de efectos visuales sin importar su grado de peligrosidad para los actores, y que siempre mantienen al público atento y crispado.

En actuaciones pretendo no detenerme... para ser sincero, el papel de 007 nunca lo he considerado uno demasiado difícil de ejecutar. Solo quisiera resaltar a las 2 chicas Bond, quienes a parte de su embriagante belleza cumplen con su papel y con la construcción de su personaje, y al excelentísimo actor que eligieron esta vez para ser el villano: Christoph Waltz. Ver a este hombre en pantalla es una auténtica delicia, como un condimento demasiado picante y ácido de experimentar, pero "nicotínico" en el proceso (de carácter adictivo). Roba cámara y escena con cada aparición. Fue bien aprovechado, aunque no cabe duda que quedó debiendo más a todos... por suerte y gracias a su fin, es seguro que le volveremos a ver.



007: Spectre es una secuela satisfactoria, que abona a fin de cuentas al personaje de Bond y a todo su mundo, complementando de a poco a esa visión contemporánea (una mucho más humana) que desde 2006 se viene sembrando y cosechando sobre el agente secreto. En lo personal, si me atrevo a decir que prefiero con más ganas a Casi Royale y a la mencionada Skyfall.

Valoración final: Muy buena. 

PS: Propongo, dentro de mi nuevo orden mundial, la decapitación inmediata de todo aquel que se atreva a sacar su teléfono en una sala de cine y chatee mientras la película se reproduce. Esto va ligado una anécdota personal que ya otro día se las contaré.
PSS: La canción utilizada como tema principal para la película, Writing's On The Wall, interpretada por el virtuoso Sam Smith, es una melodía estremecedora y perfecta. Directo a mis temas favoritos del 007.