El último defensor está aquí, su
introducción ya está servida. Exploremos entonces cómo fue su desenvolvimiento,
cómo se nutre frente a sus series hermanas y todo el universo cinematográfico
del que hace parte. SPOILERS a partir de este punto.
·
IRON FIST,
GUERRERO DE K’UN-LUN
En esta serie se realiza una
transición orgánica de la sucia y cruda realidad a un entorno mucho más
esotérico, exótico y místico. Los superpoderes del protagonista no tienen una
base científica, sino espiritual, propia de credos tan antiguos que han sido
olvidados por la humanidad y que ahora se bosquejan como mitología proveniente
de países ya de por sí enigmáticos y opuestos a la cultura occidental.
El cambio es bienvenido y entrega nuevas
filosofías, contemplaciones y modos de combatir conflictos a este universo
multicolor. Y aquí solo he hablado del concepto narrativo como tal.
Por el lado visual podemos decir
que si Daredevil se influenciaba de las películas de acción y justicieros
enmascarados; Jessica Jones de los thrillers; y Luke Cage del Blacksploitation;
Iron Fist no podía quedarse atrás asimilando características de algún tipo de
cinematografía. Es por eso que adopta el estilo del cine de artes marciales y
del cine asiático en general, lo que por supuesto trae una metodología clara y clásica
de dirigir y exponer las peleas (con honor, serenidad, disciplina en la técnica
y maestría de por medio). Sin mencionar una propensión a un ritmo parsimonioso
dentro del desarrollo del relato.
·
DANNY RAND
Y LA CARGA DEL HÉROE
A diferencia del estelar que
tuvimos en la serie anterior, Danny se configura como un protagonista muy rico
en matices y con una pelea interna singular.
Por un lado está su trastorno de
identidad, en el que se debate la figura del héroe contra la del humano tras el
antifaz: El protagonista lucha contra lo que representa ser el Iron Fist,
sobrellevar esa dura responsabilidad que ha puesto sobre sus hombros; y el
pasado que había tras de sí antes de educarse en K’un-Lun, es decir, cuando era
Danny Rand, vivía en NY y todo lo relacionado con la empresa que lideraba su
padre. Esta búsqueda lleva a que el personaje evalúe sus acciones y encuentre
el balance justo entre el arma humana que solo obedece a un destino inculcado
como una retahíla, y su condición de individuo consiente y libre de decidir
sobre sus responsabilidades.
El choque cultural no se haría
esperar tampoco. Danny proviene de un monasterio regido por el dogmatismo y la
apacibilidad del carácter; el retornar a una ciudad tan convulsionada como
Nueva York despierta la ira, la impaciencia y la posibilidad de comprender el
mundo en una escala intermedia entre el blanco y el negro. Básicamente, esto
pone al protagonista a cuestionar sus enseñanzas, ideales y su modo de actuar
en la vida se aleja del radicalismo. Es básicamente presenciar la reeducación
de un héroe.
Esta situación llega a inflamarse
tanto, que permite que Danny se muestre incómodo ante sus propios poderes, se
vea inmerecido ante el don que se otorgó... lo que también abre la puerta a un
juego de reflejos, golpes y antítesis con su amigo Davos.
·
CONEXIONES
Siendo la antesala a Defenders,
Iron Fist entrega a borbotones, ya sea por menciones directas a los personajes
como tal o a alusiones de hechos pasados, referencias a sus series hermanas. Es
la que más lo hace de las 4. Porsupuesto el diablo de Hell’s Kitchen ya se ha
hecho nombre hasta en las esferas más altas; Jessica Jones sigue laborando como
investigadora privada porque el alcohol que consume no se compra solo; y Luke
Soso, digo, Cage, dejó pendientes por la zona.
Si bien la participación de Hogarth fue
un lindo detalle, tener a Claire tan activa durante muchos capítulos y con una
participación causa-efecto de lo vivido en las otras series, es asombroso. Al
igual que el Agente Caulson en la gran pantalla, este personaje es un vínculo
simbólico y entrañable con el espectador,
y claro, un eslabón que será el punto de unión con Los Defensores.
Claire no solo es el lado humano
entre este grupo de vigilantes, Claire entrega salud física, mental y
espiritual a ellos cuando los trata, brindando incluso puntos de vista que
permiten mirar la situación con otros ojos. Lo mejor de todo es que hemos sido
testigos de una evolución sutil del personaje con el paso de los capítulos. Ella ahora va más allá de suturar
heridas y retener hemorragias, sus avances en el estudio de las artes marciales
le permiten ser un miembro aún más útil y aportante para las misiones.
La conexión de la serie con el demás
Universo Marvel no hay mucho que decir. Más allá de un comentario irónico sobre
El Goliat Esmeralda, el día de “El incidente” continúa en la boca de todos.
Puede que para el espectador frío resulte ya cansino, pero siendo justos, un
evento de tal magnitud es un trauma capaz de fracturar a la sociedad por
completo.
·
CIRCUNLOQUIOS
Y VILLANOS
El gran punto de giro que tras todo
termina exactamente igual. Cuando la serie inició disfruté mucho la sensación
de que el villano no era teóricamente tan evidente, y que la historia se
esforzaba con sus puntos de giro por conducirnos a un nuevo antagónico tras bambalinas. La ilusión ante esto se estrelló secamente contra el suelo, cuando
tras tanto esperar resulta que todo termina volviendo a un mismo punto.
¡Oh vaya! Resulta que el multimillonario irascible, manipulador, que vive escondido de la sociedad en su penthouse y que tiene cara de malo hijo de puta en realidad era el villano. Que esto no me lo veía venir desde... am… no sé… ¡EL PUTO CAPÍTULO 1!
¡Oh vaya! Resulta que el multimillonario irascible, manipulador, que vive escondido de la sociedad en su penthouse y que tiene cara de malo hijo de puta en realidad era el villano. Que esto no me lo veía venir desde... am… no sé… ¡EL PUTO CAPÍTULO 1!
No sé para qué hay tanta
parafernalia si todo termina en un circunloquio desganado, en un resultado
demasiado cliché.
Y ya que estamos, ya van 2 series
de Marvel donde La Mano es un agente
villánico... y no puedo llenarme de más ira al recordar lo difusa que sigue siendo
esta organización. ¿En serio, eran necesarios 26 episodios para introducir tan
mal a este grupo? A puertas de Los Defensores uno pensaría que esta "secta-sociedad secreta-lo que sea" ya debería estar bien definida… y aunque
admito que a diferencia de la segunda temporada de Daredevil aquí ahondan un
poco más en lo que son, la verdad es que un sin número de dudas hacen que me
llene la boca de saliva caliente: ¿Quién la fundó? ¿En qué creen? ¿Quién la
controla? ¿Cuál es su organización jerárquica? ¿Qué tan abierta culturalmente
es? ¿Qué poderes tiene y cómo lo consiguió? ¿POR QUÉ EXISTE?
Reitero, si no son capaces de
responderme todas estas chingaderas tras tantos episodios, ¿cómo quieren que me
interese o preocupe por lo que sea que La Mano haga en y tras la pantalla?
Librándonos de lo cliché, aquí
quisiera hablar de Ward, por mucho el personaje mejor configurado y
caracterizado de Iron Fist. Lo que parte como un cretino con poder, termina
poco a poco llenándose de fisuras exponiendo a un ser frágil y atormentado… y
por si fuera poco la serie todavía va más allá quebrándolo por completo y
exponiendo no a un personaje en pantalla, sino a un ser humano en toda su magna
imperfección y contradicción. ¡Vaya, realmente disfruté observando las
desgracias y decisiones de este ser! Menos en el capítulo 9. Hacía mucho tiempo que no veía una escena tan
mal dirigida, tan pobre y tan incoherentemente escrita.
¿En serio quieren que me crea que
Ward, después de ver cómo episodios paranoicos y traumáticos le embargaban tras
solo pensar en su fratricidio, iba a
reaccionar de una forma tan parca (ni siquiera se puede decir que fue producto
del shock) tras ver a su padre otra vez vivo? ¿Qué carajos? El personaje
debería entrar en un bucle de angustia tal que a los 5 minutos no sería extraño
verlo lanzándose del Empire State. ¡Oh! y para ser una revelación tan
desesperanzadora la dirección es demasiado estática.
-COÑO, EN SERIO QUE EL CAP 9 ES UNA
CARAJADA-
Conclusiones
Iron Fist no es un mal producto,
tampoco soso como Luke Cage. En realidad tiene cierto encanto por toda esa
filosofía y estética que rescata de la media asiática, lo que le lleva a nutrir
de raíz a su héroe protagonista y a su modo a todo el MCU. A pesar de ello y
mirándolo desde la distancia, existen errores demasiado cantosos, deslices en
la dirección y tropiezos tales en el
desarrollo argumental que me hacen cuestionar si esta historia debió ser
contada en este formato.
Quiero decir, con Jessica Jones era entendible un
seriado, porque el misterio era complejo y escondía un entramado de acciones
perversas; con la primera temporada de Daredevil ni se diga, una desenvoltura
periódica era imperativo para hacer evolucionar la historia y los personajes
que tenía entre manos. Con Iron Fist se me ocurre que para el resultado que nos
entregó al final, bien hubiera sido válida una película de 2 horas con 10
minutos… con ese giro de trama tan zopenco que nos entrega en el capítulo 13
que nos hace retroceder hasta el episodio 1, bien que nos invita a pensar en
que este parto hubiese sido más llevadero en un formato menos dilatado. ¿Para
qué optar por 13 horas de desarrollo si lo único que haces es andar en círculos
y presentar difuminadamente otros conceptos?
Y la excusa de que hacer una
película habría sido una idea arriesgada ya ni es válida. Marvel ya posee un
séquito fervoroso que consumirá lo que provenga de ella, además, sus recursos
son tales que hasta una película sobre el personaje exclusiva para Netflix hubiese funcionado mejor.
Resumiendo. Vale la pena, es buena, pero no tanto; piénsatelo
2 veces antes de gastar 13 horas en ella.